11 de noviembre de 2009

TELECINCO EMPIEZA

Lo vi en mi bola de cristal al poco de enchufarme a internet: existiendo esto, ¿qué hacemos esperando a que se decidan a poner el programa que nos gusta?. Pero claro, con el ancho de banda del teléfono no era viable.
Han pasado los años y hasta las teles de leds vienen ya con conexión a internet. Mi Wii también, aunque aún no he tenido tiempo a instalarle un navegador. Todos se apuntan al carro de "colgar" sus mejores programas: tve, la sexta, cuatro, antena3... Y ahora llega Telecinco y piensa "dinerito, dinerito, que sin tetas no hay paraíso" y cobra a los que quieren ver sus series antes de hora o inmediatamente después de su emisión.
¿Bien o mal? Ni idea, el tiempo y el resultado del negocio lo dirá. La cuestón, además, no es esa. La reflexión debe ir más allá: si esto es el futuro, y es muy probable que sí, ¿para qué servirán las cadenas de televisión?
Hasta ahora las teles no han sido más que la plataforma que enlazaba el trabajo de los productores de contenidos con el público: "tú fabricas tangas, les pones cinco lazos azules y yo los vendo". En una situación totalmente on-line, es más coherente que éstos sean directamente los que ofrezcan su producto. Sólo falta saber si pagar o no pagar. La respuesta, en nuestros clics.